#MetaDatos: En su informe anual, Articulo 19 destacó la regresión a viejas prácticas de control e imposición desde el espacio digital, en tanto que la promesa de la conectividad universal a la Red sigue sin dar resultados.
Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).- En el informe anual «Disonancia, voces en disputa», la organización Artículo 19 revisó las condiciones de la libertad de expresión en México desde el entorno digital y señaló que existen riesgos a que este derecho sea cooptado, toda vez que el Gobierno de la Cuarta Transformación ha sido ineficaz para procurar la libertad de expresión y ha promovido el retorno de viejas prácticas del pasado como la imposición de narrativas hegemónicas desde el Estado.
Esto a pesar de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador prometió garantizar la cobertura universal a Internet para reducir la brecha digital, proyecto que no se ha concretado y de que tras su triunfo electoral ha dado más apertura al discurso en las redes sociales.
En el informe, Artículo 19 se destacó que la comunicación en el entorno digital presenta un panorama de contraste en este sexenio, ya que tras el inicio del Gobierno de López Obrador los canales digitales, sobre todo las redes sociales fueron reinterpretadas como una herramienta de transformación social, pero a la vez han dado un giro que se acerca a las viejas prácticas de neutralización del disenso.
Las «benditas redes sociales», como las llamó el Presidente tras su victoria electoral, se encuentran bajo riesgo de que ser empleadas por el Estado para promover narrativas unidireccionales y pueden ser aprovechadas como espacios comunicativos para imponer mayores controles a la libertad de expresión, destaca el informe.
A lo largo del último año, refiere Artículo 19, se presentaron diversos casos en los que el disenso ha sido neutralizado desde los discursos presidenciales por medio de señalamientos a medios de comunicación y periodistas.
LAS REDES DESCONECTADAS
De acuerdo con el informe, las redes sociales se han convertido en un altavoz de la expresión ciudadana, pero a la vez estas plataformas están aun lejos de ser una vía de comunicación al alcance de todos los mexicanos a causa de la falta de conectividad en una parte importante del país.
A partir de cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), Artículo 19 señaló que el 43 por ciento de los hogares mexicanos todavía no cuentan con Internet. En tanto que la promesa del Presidente Andrés Manuel López Obrador de garantizar la cobertura universal a través del programa «Internet para Todos» con un presupuesto de mil millones de pesos, no se ha concretado y según la organización este proyecto entre sus desafíos sostener costos de inversión y mantenimiento a futuro.
Mientras que las redes sociales adquieren cada vez más protagonismo, las radios comunitarias siguen en suspenso, con problemas de conectividad y un largo historial en las comunidades donde se desarrollan de proyectos fallidos para proveerles Internet. Uno de estos casos fue el programa México Conectado, impulsado durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto que según Artículo 19 ofreció un servicio deficiente.
En esta problemática, destaca el caso de Guerrero que es el cuarto estado a nivel nacional con mayor porcentaje de hogares sin conexión a Internet, la mayoría de ellos concentrados en el ámbito rural. En este estado existen casos como el de Tlapa de Comonfort, donde el Gobierno federal ha hecho intentos fallidos por resolver el problema de la conectividad.
En 2004, durante el sexenio del expresidente Vicente Fox Quesada se instaló una antena que nunca se puso en funcionamiento, lo mismo sucedió en la localidad de Chochoapa. En la actualidad conectarse a Internet en estas comunidades es todavía complicado. Los habitantes necesitan adquirir fichas para acceder a Internet con un costo de 45 pesos al día y 20 pesos por hora, aún así este servicio tiene fallas.
«BENDITAS REDES SOCIALES»
Con el triunfo de López Obrador las redes sociales hubo un giro en la relación del Presidente con el espacio digital en el que se artículo con mayor fuerza el movimiento que encabezaba. Sin embargo, Artículo 19 encontró que en estas plataformas se han vuelto a presentar «viejas prácticas del sexenio anterior».
La organización encontró que en Twitter operan cuentas automatizadas y se han articulado redes que apoyan de manera sostenida al Presidente pero que a la vez reducen el alcance de voces críticas y disidentes de manera similar a como ocurrió durante el sexenio de Peña Nieto.
«El inicio del actual Gobierno estaría marcado por la construcción de narrativas que adquieren resonancia con el discurso del Presidente, legitima e incentiva ataques contra las y los periodistas en el espacio físico y digital», señala el informe.
El surgimiento de redes de apoyo al Presidente es parte de un escenario de disputa discursiva que resurge en un contexto donde se incentiva la polarización. Una dinámica que se asemeja a otras que ocurren en países. Es le caso de El Salvador, donde Nayib Bukele, Presidente salvadoreño orquestó una campaña de manipulación en las redes sociales para promover su campaña electoral.
RIESGOS DE REGULACIÓN EXCESIVA
En la disputa por la conversación Artículo 19 indica que surgen prácticas para influir en ella, «silenciar voces o generar narrativas hegemónicas». Esto es un indicador de que el Estado busca regular la Red. En este sentido, la organización mostró preocupación por dos iniciativas que se han impulsado desde el ámbito legislativo para «imponer un mayor control sobre el espacio digital» por parte del Estado.
La primera es el «derecho al olvido», una iniciativa presentada por Ricardo Monreal, Senador por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con la que se busca modificar la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares que según la organización presupone un riesgo a la censura de información que es de interés público.
El segundo caso, es el borrador del Código Penal Nacional que propone incorporar delitos relacionados con la esfera digital y que serían tipificados como terrorismo y noticias falsas, ambos descritos de manera insuficiente, lo que les concede facultades discrecionales para su interpretación.